La historia nos gustó mucho porque había caballeros, luchas, un rey, una princesa, un castillo...
La princesa se llamaba Violeta y no era una princesa como las demás. Se lo pasaba muy bien luchando con su espada aunque a su padre el Rey no le gustaba mucho.
Ganó un torneo y pudo elegir libremente casarse con el jardinero (su padre hubiese preferido un príncipe).
El castillo en el que vivía estaba nada menos que en Luxemburgo, ese país que ya no es tan desconocido para nosotros.
Muchas gracias, María, por hacernos pasar una tarde tan agradable y que no olvidaremos fácilmente porque nos quedan en la clase todas las sorpresas que te dió la princesa Violeta para nosotros. Un besote gordo.
Mi mamá disfrutó mucho contando el cuento en nuestra clase. Os manda un beso muy grande a todos.
ResponderEliminarAlejandro dice: te queremos mucho y te mandamos un abrazo y un beso. Todos los demás un beso gordo también.
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