Cuento de la letra B
¡Din, don! ¡Din, don!
–Ya voy, ya voy. ¿Quién será a estas horas? –se pregunta Begoña, la cartera, al oír el timbre de su casa.
Begoña abre la puerta y, sorprendida, ve que no hay nadie.
–¡Vaya, con lo cansada que estoy, no estoy para bromitas! –exclama.
Nuestra amiga regresa a la cocina. Está terminando de hacer la comida.
–¡Ya está! ¡Con el hambre que tengo! ¡Qué bien huele! ¡Estoy deseando probarlo!
¡Din, don! ¡Din, don!
Begoña se levanta a toda velocidad de la mesa y sale corriendo hacia la puerta.
–¡A ver si pillo a esos bromistas! –dice muy enfadada.
Con gran asombro, tampoco ahora ve a nadie. Pero sobre el felpudo hay un gran paquete con un lazo gigante y una tarjeta con su nombre. La abre y lee: “Para Begoña, la mejor cartera. Todos tus vecinos queremos darte las gracias por lo bien que haces tu trabajo. ¡Esperamos que te guste nuestro regalo!”.
Begoña abrió el paquete y allí había una estupenda bicicleta. ¡Qué contenta se puso! ¡Con la falta que le hacía!
Enseguida se subió a ella para probarla e ir a dar las gracias a sus vecinos.
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