”AFICIONES DE MICAELA”
Micaela fue una gran mujer que llegó a ser una gran santa. Antes fue una niña como tú…; con dificultades parecidas a las tuyas… Tenía un temperamento apasionado; un corazón ardiente y sensibilidad de artista.
Ella nos cuenta que ya desde niña tenía “un genio dulce, amable, amiga de la paz en todo, holgazana, golosa, zalamera, muy compasiva. Y amiga de reconciliar los hermanos y criadas”. Ocupaba el tiempo en componer su cuarto, su altar; leer Historia, vidas de santos; viajes, bordar, coser, pintar, escribir y rezar.
Tenía gran devoción al Santísimo, y se iba a alguna iglesia, para hacerle compañía, con su niñera. Aunque estaba dos o tres horas, decía que el tiempo se le pasaba muy pronto.
Era una chica moderna y elegante: sabía pintar, coser, bordar, tocar el arpa, montar a caballo, le gustaba vestir a la última moda con trajes que venían de París. Pero, también sabía ser buena y sacrificarse por los demás.
Micaela tenía un gran corazón, dedicaba parte del día y de la noche en hacer obras de caridad. En su juventud, tuvo en su palacio de Guadalajara una escuela de niñas pobres a las que enseñaba doctrina, coser, planchar, zurcir...
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