CLASE DE AURORA

CLASE DE AURORA

miércoles, 30 de enero de 2013

LOS COLEGITOS Y EL DÍA DE LA PAZ







Lola, la profesora, y todos los niños de la clase de tres años decidieron celebrar la Fiesta de la Paz. Cada niño hizo una paloma blanca con papeles, cartulinas, algodón y todo lo que pudieron encontrar de color blanco en el rincón de plástica.

Cuando terminaron de hacerlas, las colgaron en las paredes del aula. De repente, los niños de la clase empezaron a discutir sobre cuál era la más bonita y estuvieron toda la tarde enfadados y malhumorados. Chucu y los demás colegitos estaban muy tristes.

Cuando los niños se fueron a casa, sucedió algo muy extraño: todas las palomas comenzaron a despegarse del mural y salieron volando por las ventanas.

Al día siguiente, cuando Lola y los niños regresaron a clase, no quedaba ni una sola paloma. Nadie entendía lo que había ocurrido. Era el día de la fiesta y la clase no podía estar así. Sonia tuvo una idea: con los materiales que quedaban harían una gran paloma entre todos. Los niños pasaron la mañana ayudándose unos a otros hasta que formaron una enorme y preciosa paloma. Después, se fueron a comer.

¡Menuda sorpresa cuando llegaron por la tarde! Además de la paloma grande, estaban todas las demás en el mural. ¡Habían vuelto!

Los niños entendieron que las palomas de la paz se habían ido porque no querían que nadie se peleara ni discutiera, sino que se ayudaran entre todos y se prestaran las cosas. Por eso, cuando los niños dejaron de pelear, las palomas decidieron volver.

Chucu, al ver a las palomas y a sus amigos tan contentos, se sintió muy feliz, y su estrella del pecho brilló más que nunca.

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